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Foto del escritorFarmacia Panisse

Glaucoma, qué es, cómo diagnosticar y cómo controlarlo?

El glaucoma es un conjunto de enfermedades oculares que causan daños irreversibles en el nervio óptico y causan pérdida de calidad de visión y campo. Dividimos el glaucoma en tres tipos diferentes:

Glaucoma de ángulo abierto.

Glaucoma de ángulo cerrado.

Glaucoma normotensivo.



El glaucoma de ángulo abierto se desarrolla lentamente con el tiempo y no hay dolor. La visión periférica se puede comenzar a disminuir, y avanzaría hacia la afección de la visión central, lo que resulta en ceguera si no se trata.

El glaucoma de ángulo cerrado puede presentarse de forma gradual o repentina. La presentación repentina puede incluir dolor ocular severo, visión borrosa, pupila medio dilatada, enrojecimiento del ojo y náuseas.Volvemos a recordar que los daños en los axones del nervio óptico son irreversibles por lo que es necesario diagnosticos rapidos y un control exhaustivo de la enfermedad si la padecemos.

Los factores de riesgo para el glaucoma incluyen aumento de la presión en el ojo, antecedentes familiares de la enfermedad e hipertensión arterial.

Una presión ocular mayor de 18-22 mmHg la consideramos como un factor de riesgo de esta patología, aunque no siempre va a ser definitivo ya que el espesor corneal puede influir en estas mediciones, por lo que en el diagnóstico es necesario hacer un paquimetría (medida del espesor corneal), para descartar que las medidas no están influidas.

Por un lado, algunas personas pueden tener presión ocular alta durante años y nunca desarrollar daño. Por el contrario, el daño del nervio óptico puede ocurrir con presión normal, conocido como glaucoma normotensivo o normotensional.

En el glaucoma de ángulo abierto la salida lenta del humor acuoso a través de la malla trabecular es lo que aumenta la PIO (presión intraocular), mientras que en el glaucoma de ángulo cerrado el iris bloquea la malla trabecular.

En el diagnóstico es necesario un recuento de fibras nerviosas de la cabeza del nervio óptico. Para ello es necesario someternos a una valoración oftalmológica por medio de una OCT o un HRT, en ambas tendremos información objetiva de las áreas que están dañadas.


Ejemplo de HRT

Si se trata temprano, es posible retrasar o detener la progresión de la enfermedad con medicamentos, tratamiento con láser o cirugía. El objetivo de estos tratamientos es disminuir la presión ocular. Existen diferentes medicamentos para tratar el glaucoma disponibles. Los tratamientos con láser pueden ser efectivos tanto en el glaucoma de ángulo abierto como en el de ángulo cerrado. En el caso del glaucoma de ángulo cerrado el tratamiento es de urgencia ambulatoria y es preciso la mayor brevedad en el diagnóstico y la cirugía.

Alrededor de 6-7 millones de personas tienen glaucoma en todo el mundo.Ocurre más comúnmente entre las personas mayores. En todo el mundo, el glaucoma es la segunda causa principal de ceguera después de las cataratas.

SIGNOS Y SÍNTOMAS:

El glaucoma de ángulo abierto es indoloro y no tiene ataques agudos, por lo tanto, la falta de síntomas claros hace que la detección mediante chequeos oculares regulares sea importante. Los únicos signos son la pérdida gradual progresiva del campo visual y los cambios del nervio óptico.

Alrededor del 10% de las personas con ataques de glaucoma de ángulo cerrado presentan un cierre angular caracterizado por un dolor ocular repentino, la visión de halos alrededor de las luces, ojos rojos, presión intraocular muy alta (> 30 mmHg), náuseas y vómitos, disminución repentina de la visión. También se asocia con una pupila ovalada en algunos casos. El cierre angular agudo recordamos que es una emergencia.

PREVENCIÓN Y SEGUIMIENTO:

Cada dos tres años todo el mundo debería de realizar un examen completo del ojo, controlando la tensión ocular, la forma del nervio óptico entre otras cosas, para descartar el glaucoma o alguna otra patología. Aunque si padecemos de alguno de los factores de riesgo que hablamos previamente (HTA, antecedentes familiares…) estas revisiones deben de ser de manera más periódica, preferiblemente una vez al año.

En el caso de ya estar diagnosticado es necesario llevar un seguimiento, sobretodo de la presión ocular en el caso que no sea normotensivo.

Consulte siempre con su oftalmólogo o su experto en salud sobre las dudas que le puedan surgir acerca de la enfermedad.



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