top of page
Buscar
Foto del escritorFarmacia Panisse

Vuelta al cole!

Si se te hace cuesta arriba o te parece imposible abandonar el desfase veraniego y empezar a pensar en responsabilidades, horarios, prisas, menos horas de luz y más fresquito… ¡Párate, ahora! Detente un momento y respira. No hay necesidad de hacer todo a la vez ni es recomendable castigarse por sentirse así, dejarlo todo para el último momento o pretender ser un héroe o heroína nacional.

El síndrome postvacacional es más común de lo que crees y es frecuente sentir nostalgia, cansancio, irritabilidad, pocas ganas de hacer cosas… Se trata de un estado de malestar relacionado con los primeros días de incorporación al trabajo después de un período de vacaciones. Sin embargo, no debes preocuparte: aunque desagradable, es una respuesta de adaptación totalmente normal (si el malestar no desapareciera en 10 o 15 días ya no podríamos hablar de síndrome postvacacional y sería conveniente que buscaras asesoramiento médico).

Volver al trabajo nunca fue tan fácil

Las circunstancias no ayudan, se está muy bien en la hamaca y da mucha pereza volver a ponerse en marcha, pero es importante que sepas que volver al trabajo de la mejor forma depende de ti, de la actitud con la que enfrentes el retorno. ¿Y sabes qué? ¡Volvemos al trabajo contigo!

Aunque muchas veces es solo cuestión de días y de adaptación, estas recomendaciones te vendrán de lujo:

Observa, redefine y planifica

Cuando paramos, desconectamos o cambiamos la rutina encontramos una oportunidad perfecta para observar, analizar, reencuadrar e incluso redefinir: hábitos, emociones, relaciones, situación laboral, objetivos… El cambio llama al cambio y es posible que tu resistencia por volver al trabajo entrañe información muy valiosa. ¿Qué es lo que necesitas cambiar, mejorar o desactivar para sentirte bien con la cotidianeidad, con la vuelta al trabajo?

Es muy posible que vivir algo distinto, conocer a gente nueva o viajar pueda haber sembrado algo nuevo en ti. ¡Escúchate! Los cambios y la evolución forman parte de vivir y de avanzar, flexibiliza tu rutina anterior para que se adapte al máximo a tus nuevos intereses u objetivos.

Sácale partido a tu actitud y convierte tu melodrama en una parodia

Dejar atrás Ibiza o los fiordos noruegos puede parecer una catástrofe, lo sabemos. No te das cuenta y te encuentras comiendo frente a la mesa, de fiambrera y compungido/a hasta niveles insospechados. ¿Pero sabes qué? No hay mejor remedio que reírte de la situación, de ese diálogo interno que quiere convertirte en una víctima (no te creas ese cuento que estás intentando venderte).

¡Ríe a carcajadas, reconoce que “eres de lo que no hay”! Ríe y elige, encuentra opciones, ponte en acción y cultiva emociones agradables que te mantengan enérgico/a y con ganas de seguir adelante. ¿Qué tal salir a comer al parque o compartir la comida en buena compañía?

Aunque no parezca muy importante, sentirte bien no solo te ayuda a superar cualquier reto más fácilmente, también te permitirá mantener mejores hábitos alimenticios y las ganas de hacer ejercicio, aunque ya no acompañe tanto el tiempo.

Planea una transición paulatina

De comer sin control a ponerte a dieta estricta, de no llevar reloj a calcular hasta el último minuto, de trasnochar a madrugar… No esperes cambiar y hacerlo con toda facilidad, de hoy para ayer.

Al volver al trabajo es muy importante que tengas en cuenta un periodo de adaptación, de recuperación y vuelta a la rutina. Después de haberte organizado y planificado con unos días de antelación, procura ir recuperando tus horarios de descanso, vuelve a preparar tus comidas para no sucumbir a cualquier opción poco saludable al comer fuera de casa, etc.

¡Y también es importante aplicarlo de regreso a la oficina! No pretendas resolver todo en un minuto, de una vez, el primer día. Haz una lista de tareas urgentes, importantes y no importantes para poder establecer unas preferencias, un plan de acción que te ayude a tener la situación bajo control pese a las mil cosas pendientes por hacer, a sabiendas de no poder llegar a todo ahora mismo.

Sé realista, si tus objetivos no son alcanzables sentirás frustración o agobio y lo mejor que puede pasar es que termines abalanzándote hacia cualquier capricho para encontrar confort momentáneo en la comida.

Redecora tu puesto de trabajo, la cocina y tu plato

Volver al trabajo puede ser ilusionante y placentero, imagina la alegría que te daría llegar y decorar tu mesa o despacho con la foto de ese momento especial del verano o incluso con esa reflexión que hiciste o que te compartieron y que tanto te empodera.

¡No lo dudes, hazlo! Y puedes hacerlo también en la cocina: fruta de temporada, táperes nuevos y divertidos para organizar los tentempiés más sabrosos y saludables, nuevas ideas o recetas… Cuanto mejor te sientas, más fácil será seguir con el plan previsto, siguiendo el plan tendrás todo a favor para mantener los mejores hábitos saludables y teniendo a mano una oferta saludable de alimentos ya no habrá prisas ni excusas que se entrometan entre tú y tus ganas de cuidarte.

Recuerda: primero eres tú

Tienes mil cosas que hacer y te faltan las horas, durante las vacaciones ya te dedicaste tiempo de ocio y espacio para descansar, pero… ¿Qué tal si sigues manteniendo las buenas costumbres?

Con independencia de lo ajetreados que sean tus días, encuentra un hueco, a diario, para dedicarlo a tu disfrute, a cuidarte, a tus aficiones, a los que te rodean, a hacer ejercicio. Mantener esos momentos que tanto nos suman hace más llevadero el volver al trabajo, pero también la espera hasta las nuevas vacaciones o incluso el día a día, sin más.

Organiza tu vida a partir de tus necesidades, no al revés. Tú eres la mejor inversión que puedes hacer, guarda “espacio vacacional” en cada jornada.


15 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


Post: Blog2_Post
bottom of page